Llegas a tu oficina. Es muy temprano y llega la hora del café. Vais a la máquina y te encuentras con una desagradable sorpresa. Tu compañero tiene una nueva taza retro. Todos le preguntan dónde la ha conseguido y él responde con satisfacción que la compró en un mercado de segunda mano en Londres. “Esto no puede seguir así”, mascullas entre dientes mientras miras tu aburrida taza blanca con el logotipo de una cadena de hipermercados.
¿Quieres ser la envidia de tus compañeros de oficina? ¿Pretendes superar la taza retro de tu altivo compañero? No hace falta que vayas a Londres, en Regalos Oh! tienen lo que buscas.
Una taza de aspecto fantástico inspirada en el famoso Cubo de Rubik. Sí, aquel juego que estrujó el cerebro de millones de personas hace unos añitos y que aun hoy continúa siendo toda una referencia en el sector del entrenamiento gracias a su aspecto sencillo y atractivo y a la adicción que genera.
El éxito de este objeto ha sido tal que, además de numerosas imitaciones, un montón de artículos de todo tipo salen al mercado inspirándose de alguna manera en él. Uno de ellos, es esta taza Rubik, que te animará en tu momento del café.
En la actualidad, muchos diseñadores se inspiran en objetos de décadas pasadas para dar forma a sus concepciones. Son conscientes de que la moda está recuperando sin cesar elementos antiguos. Se trata de explotar la nostalgia de los consumidores que buscan artículos especiales y diferentes que se relacionen de algún modo con estéticas pasadas.
La taza Rubik va en esta línea homenajeando al cubo mágico. Con ella no podrás resolver el rompecabezas, pero podrás tomarte tu café en un original recipiente retro. Y es que parte del éxito de aquel cubo residió en su aspecto. Más allá de resolver o no el rompecabezas, los colores vivos atrajeron a muchas personas intrigados por el funcionamiento de aquel extraño juguete cúbico.
Si tu novio está cansado de desayunar todos los días en una triste taza negra y está buscando algo que le anime por las mañanas, la explosión de colores de la taza Rubik es la mejor fórmula. Y si no, te la llevas tu misma a la oficina. Cuando llegue el momento del café, sacas tu taza y mientras todos te agasajan con felicitaciones, tu compañero, el de Londres, agachará la cabeza. Habrás triunfado.