El tiempo es uno de los elementos más complejos y subyugantes de los que forman parte del universo humano. La inexorabilidad, el carácter implacable, la nostalgia, el pasado perdido, o la incertidumbre sobre el futuro son características propias del discurrir del tiempo. Lo dividimos en segundos, minutos o días, pero otras culturas lo hicieron en lunas o estaciones.
Lo que parece evidente es que, al menos para el ser humano, el tiempo pasa.
El pintor catalán Salvador Dalí aportó una nueva visión del tiempo gracias a uno de sus célebres hallazgos artísticos. En 1931, su cuadro “La persistencia de la memoria” indagaba sobre los misterios y el carácter del tiempo. Varios relojes, símbolo por excelencia del mismo, aparecían representados de una manera sorprendente. Habían perdido su rigidez y se mostraban blandos, como si estuvieran hechos de un material viscoso que cambia continuamente.
Dalí, miembro insigne del surrealismo, encontró con esta obra una de sus cimas artísticas y pronto se convirtió en uno de los cuadros más famosos del siglo XX. El MoMA de Nueva York lo tiene como uno de sus grandes tesoros. Pero hay otra manera de rendir homenaje a este cuadro y a sus grandes hallazgos sin tener que ir a Nueva York.
Puedes llevarte este reloj blando a casa y colocarlo sobre una mesa. Inspirado directamente en una de las piezas de “La persistencia de la memoria”, este reloj funciona adecuadamente, pero muestra un carácter especial y diferente. Si eres un aficionado al arte, te atrae el surrealismo o la popular figura de Dalí, y estás buscando un reloj original, llévate a casa esta admirable pieza y comienza a interpretar el tiempo de otra manera. ¿Cómo? Eso, ya depende de ti.
Dalí, como en era habitual en la estética surrealista, dejó abiertas las interpretaciones acerca de su obra. Los relojes blandos pueden referirse a la pérdida o transformación de la memoria colectiva con el paso de los años, o a la repetición de errores históricos. También puede ser interpretado de una manera más personal, refiriéndose a una nueva manera de aprovechar el tiempo, sin la rigidez de los tiempos modernos. Y es que además de los relojes, el cuadro en cuestión también contiene símbolos enigmáticos clásicos en el pintor catalán, como son las hormigas.
Este reloj blando no lleva hormigas, pero sí representa un homenaje a uno de las obras irrepetibles de la historia del arte. Un regalo perfecto para un amante del surrealismo.
- Funciona con 1 pila tipo AA.
- Medidas: 11 x 8 cm.
