¿Tus hijos tienen todos los lápices y bolígrafos tirados por ahí? ¿Tienen varios lapiceros en su habitación pero como si no? A lo mejor necesitan un objeto más atractivo, que capte su atención y que sirva para tener el cuarto un poco más ordenado. Este lapicero Rubik es la respuesta a tus deseos. Un homenaje al famoso cubo creado en los años 70 por el profesor de arquitectura húngaro que le dio nombre y que fue un auténtico boom en su época.
Tal vez tus hijos sean demasiado jóvenes para conocerlo. Por ello, regálales este objeto y, y de paso, cuéntales su historia. Dicen de él que es el juguete más vendido de la historia. ¿Cómo puede ser que un cubo de colores tenga ese récord? De aspecto sencillo y atractivo, pero con gran complejidad en su concepción, este cubo mágico se convirtió rápidamente en un adictivo pasatiempo para millones de personas en todo el mundo.
Pintado a seis colores, sus piezas pueden moverse gracias a unos ejes internos. El objetivo del juego es sencillo: devolver el cubo a su posición original con cada cara de un solo color.
Objetivo sencillo, pero solución compleja. También podríamos dejarlo tal como está y siempre tendríamos solucionado el enigma… Pero ya se sabe cómo somos las personas. Nos gustan los retos y el Cubo de Rubik ha sido uno de los grandes retos de las últimas décadas.
Todo el mundo se lanzó a resolver el puzle. Algunos lo dejaban por imposible y otros persistían hasta conseguirlo. Se hicieron campeonatos de velocidad, de movimientos… El cubo mágico se transformó en uno de los objetos más populares de los años 70 y 80. Si rebuscas en tu armario tal vez te encuentres con uno a medio resolver. Pero si lo has perdido, y quieres tener un objeto retro en tu escritorio, piensa en este lapicero Rubik. Ideal para decorar la mesa de tu oficina. Y es que además de cumplir con su función, a nivel estético, con sus vivos colores, es muy atractivo.
¿Ya tienes lapicero y no quieres cambiar? Pues regálale este objeto a tu amigo más intelectual.
Seguro que tras verlo irá directo a la tienda a comprarse un Cubo de Rubik para resolverlo.
Y recuerda que, además, este lapicero tiene sus caras imantadas para que los clips queden a buen recaudo. Todo un lujo para el escritorio.